jueves, 8 de mayo de 2008

Fiesta del Colegio Mayor Mara

Acabo de volver a leer mi blog que hacía mucho tiempo que no lo leía. Me he dado cuenta de que tengo una entrada del 24 de febrero con la inauguración de la operación piso, pues he de comentaros que todavía no lo he encontrado. La cosa esta difícil amiguitos, el único decente que hemos visto tiene 42 m² así que si sale una entra la otra (mi futura compi de piso y yo).


Pero en verdad me he vuelto a meter para hablar de otra cosa totalmente diferente: la fiesta de mi colegio mayor.


Antes de todo aclarar que soy una de esas personas de ciudad pequeña (que no pueblo) que van a estudiar a Madrid, la gran ciudad, capital de esperanzas de futuro, donde el dinero vuela del bolsillo sin que te des cuenta, donde hay gente normal y otra muy peculiar… y donde están los colegios mayores de la Complutense. Pues ahí vivo yo, específicamente en el Colegio Mayor Mara, donde unas adorables monjitas nos intentan enseñar el camino de la fe, y nosotras, como en las películas americanas de universidades, somos bastante perras de la noche.


El caso es que este sábado es la fiesta del colegio. Es el mayor acto social de todo el curso, consiste en una cena de picoteo y luego nos vamos a una discoteca de gran calidad (esto es ironía, que quede claro).

Todas las colegialas (sueña guarrillo eh!) participamos en la organización de la fiesta, las novatas hacen el trabajo sucio como recoger al día siguiente y servir sangría y cerveza. Yo que soy de segundo debería estar en la entrada recogiendo las entradas de los invitados pero he decidido que mejor me encargo de poner la música y así por fin podremos gozar todos de la buena música de Chimo Bayo.

La fiesta es elegante y todas nos esforzamos por ponernos muy guapas con nuestros vestidos, rezamos para que no esté repetido, algunas van a la peluquería, otras no tienen arreglo, pedimos consejo a nuestras amigas (pero a las de verdad porque como más que una fiesta parece una competición deseamos que el resto estén más feas). Y bajamos a la cena en una entrada triunfal donde todo el mundo se gira para juzgar cómo vas vestida, cómo te has maquillado, si el peinado te favorece, si los zapatos son horteras y si vas elegante o se nota que quieres pillar cacho.

Una vez en la cena pasamos a la falsedad más absoluta con el resto: “¡Guau! ¡Que guapa estas!”. A la sinceridad cabrona con tus amigas: “¿Has visto a esa? Si, si, a la del vestido de los chinos”. Y a la envidia que nos corroe: “Creo que esa se ha pasado, va demasiado peripuesta, es una puta”.

Una vez que has fichado a todo el mundo se trata de beber tantas cervezas como puedas ya que en la discoteca las copas no son gratis. Así que el glamour que habías desprendido a la llegada es inexistente y vas dando tumbos con unos tacones de más de 10 cm asta la discoteca.

Este año la susodicha discoteca es Cats. Un lugar inhóspito para aquellos que no llevamos un ojo tapado por un filetazo. El plan es lograr introducir wisky en petacas sin que los porteros se enteren. Una vez allí la prioridad uno es ir al baño y beber. Esto lleva poco rato ya que, para que negarlo, tenemos buen saque. Una vez acabada la bebida pedimos las copas que vienen con la entrada, que son de un garrafón infalible para que te pilles una buena y empieces a ver a los señores con mejor ojo.

El intervalo que va desde este momento asta la llegada a la cama es un tanto borroso, debido a que: hace mucho calor, la gente te saluda por todas partes, has bebido copas de la marca que patrocina la fiesta, te meten mano por todos lados, tienes que estar pendiente de no perder el bolso de mano, intentas mantener la dignidad pero la pierdes más todavía, encienden las luces y la gente sale en un montón compacto, pasas por un 24h y te comes una hamburguesa que no debe de estar en muy buen estado y te das un paseo asta casa hablando de cosas que no tienen mucho sentido y de las cuales preferirías no haber hablado nunca.

Al día siguiente, pese al dolor de cabeza bajamos todas al comedor para comentar la fiesta y volver a criticar a la gente.


Bueno, pues tras este no tan breve resumen, entenderéis porqué tenemos tantas ganas y tanto miedo de que sea la fiesta.


Un beso a todos y gracias por pasaros por aquí.

1 comentario:

stitch_7 dijo...

Va a ser maravillosa la fiesta del Mara... yo adoro los momentos de falsedad: AY TIA PERO Q GUAPA VAS, ESTAS INCREIBLE... ¿De q coño vas desgraciada? ¡No me saludas en los pasillos/comedor y me dices q estoy muy guapa! UNA OSTIA TE DABA YO...!! Eso sí el momento en el q nos pongamos a criticar será la leche...al fin y al cabo el criticar se nos da de lujo... jajajaja...

Ays Yolanda q hasta en el mundo de los blogs nos encontramos =)

mUaaa

((Tu última entrada es de febrero... la mía de diciembre de 2006...!!))